Vivimos tiempos de cambio, en realidad estamos instalados en el cambio. Las nuevas tecnologías nos han traído la posibilidad de llevar toda una biblioteca en el bolsillo.
Hasta ahora una persona iba construyendo una biblioteca a golpe de volúmenes regalados o adquiridos, iniciaba ese proyecto con el primer libro en la adolescencia, lo seguían cumpleaños, navidades, reyes… incluso alguno que te dejaron y no devolviste. Se sucedían eventos, regalos y la biblioteca iba tomando forma en base a dispares criterios: orden alfabético, color o tamaño de las tapas, temática… Cuando alguien se separaba, después de vivir juntos, debían decidir de quién era cada libro. Separar bibliotecas tiene un punto más dramático que acabar una relación, podría darse la circunstancia de que Dumas hubiese estado lomo con lomo con Stevenson, quién es tan cruel de separar esa amistad forjada a golpe de ácaro. Pero entonces… llegó el libro electrónico. Todos esos libros cabían en bits, un solo dispositivo alojaba toda esa biblioteca. Debimos acostumbrarnos a otra forma de leer, sin oler las tapas, sin poder doblar la hoja, sin comprobar a simple vista el grosor.
Los cambios se sucedían.
Y un día llegó una pandemia, nos recluyó en casa y tras un inicio incierto volvimos a leer en nuestro rincón favorito, algunos incluso más que antes, las formaciones a través de videoconferencia se impusieron, pero… También los Clubes de Lectura. Nosotros en la escuela creamos uno que se llamó Club de Lectura Integral, empezamos en junio leyendo El mundo amarillo de Albert Espinosa, continuamos en julio con El Elemento de Ken Robinson y el último sobre el que hemos charlado ha sido Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki. Durante este mes de octubre leeremos El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl y nos reuniremos vía ZOOM el 29 de octubre a las 18:00.
Compartir lecturas enriquece la experiencia, siempre hay algún detalle que se te había pasado por alto, resulta interesante contrastar la opinión que uno ha extraído de su lectura.
Sin duda es una actividad interesante.
Siempre recomendamos lecturas durante la formación ¿Tú por qué lees? Entendemos que el acto de leer es conversar con la persona que escribió el libro, con la materia que aborda. Decía Descartes que «la lectura de unos buenos libros es como una conversación con las mejores mentes de siglos pasados». Constituye una tarea fundamental para nuestro crecimiento personal. Sin duda alguna es un acto individual, pero que nosotros en este caso compartimos en nuestro Club de Lectura. Las lecturas que proponemos son elegidas por quienes participan, pero siempre tienen un componente de desarrollo personal. Leemos, para crecer y en este caso lo hacemos juntos.
Leer, sin duda, es una experiencia íntima, pero también puede compartirse.
Leer complementa. Compartir lectura además enriquece.
Existe un decálogo que redactó el escritor Daniel Pennac en su libro Como una novela, los diez derechos fundamentales de toda persona que lee son:
1. Derecho a no leer.
2. Derecho a saltarse páginas.
3. Derecho a no terminar un libro.
4. Derecho a releer.
5. Derecho a leer cualquier cosa.
6. Derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
7. Derecho a leer en cualquier lugar.
8. Derecho a hojear.
9. Derecho a leer en voz alta.
10. Derecho a callarnos.
Añadiríamos otro derecho, el de compartir con otros nuestra lectura en un Club de Lectura.
Anímate, si quieres participar en el Club de Lectura Integral escribe un correo a gorkafernandez@ecoi.es serás bienvenido o bienvenida.